mutis
No hay propuesta de ser...ni de hacer sentido...No
hay voz...
A la distancia se percibe un leve redoblar sonoro...un
recuerdo inútil de la voz.
Voz silenciada por la vida. El redoblar no es
escuchado, sino que ligeramente acaricia las recónditas profundidades del
cuerpo. No son reales, son menos que un recuerdo ya que nunca hicieron memoria.
Por lo cual nunca fueron olvidadas. Nunca fueron, excepto como presagio intuido
de una falta...de algo perdido...de un espacio vacío que nunca se realizó.
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mutis 1
El silencio agobia...
Todo es un reflejo de lo irreal, de la postura de un
ser que desea ser, que desea pertenecer...
Para decir la verdad, no hay mucho que decir. Día
tras día uno vive desafiando el momento en un caprichoso ejercicio de ser, de
pretender. Todo se reduce a repetición: repetición de palabras, de ideas, de
sueños, de deseos y anhelados recuerdos. Todo es nostálgico. Todo se reduce al
deseo del retorno a un momento, a una idea. Todas son falsas. Son manufacturaciones
del ensoñado tal vez. Es revivir lo que pudo haber sido, como si fuese posible
re/vivirlo. Es re/nombrar el pasado, con sus violentas confabulaciones de
dorados años, amados presagios del ...tick-tock... tiempo pasado, tiempo pasando,
tiempo por pasar...espacio perdido en la cavernosa lupa del olvido...todos
recordamos recuerdos insólitos, proscritos testamento de una vez, un
pasar...uno...sólo...sepultado en la ficción del ayer...en la esperanza del
mañana...en el qué fue...en el qué será...y, en realidad, lo único que hago es
estar, varado en el margen, viendo el mundo contar sus momentos mientras van desvaneciendo
en el ocaso del ser...
Pero todo es una mentira. Todo es un aparentar....
Uno camina sólo...Uno camina a la deriva...Uno ve el
mundo desvanecer lentamente entre los dedos de su mano, entre los poros de su
piel...punto por punto, fragmento por fragmento...Y, en el final, uno es
olvidado. Uno termina siendo nada más que un fracasado intento...un corrompido
relato atragantado por el silencio...
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mutis 2
La verdad es que no tengo mucho que decir. Y eso es
mucho decir. Porque realmente no tengo nada que decir. Excepto que no hago más
que decirlo. Después de horas y días y semanas y meses y años dedicados a decir
cosas uno termina dándose cuenta que no tiene nada que decir. Bueno, realmente no
es tan difícil decir cosas, para eso me pagan. Pero las cosas que digo son las
cosas que otros dicen...otros han dicho. No son realmente míos. Es cierto que
no soy una mera repetidora...sí tengo el lujo de re-escribir el texto, de
adaptar, moldear, censurar y sensacionalizar según el gusto y la necesidad.
Pero, en el fondo, por más que adopte, y reescriba, y moldee las ideas de otros,
serán las ideas de otros...y yo sólo seré su repetidor...yo sólo profesaré las
palabras e ideas, las maravillas y genialidades de otros. No son realmente mis
ideas. No son realmente mis conceptos. No son más que genialidades prestadas,
ideas gentilmente sustraídas e inocentemente hurtadas de otros.
Mi vida se reduce a hablar las palabras de otros...a
defender, o condenar, las ideas de otros...a nutrir o destruir los sueños de
otros. En fin, a ser otro. Al final del día me quedo mudo. No me quedan
palabras con las cuales pensar, alabar, rogar o condenar que no sean las de
otros.
Como todo lo que hago, todo lo que pienso, todo lo
que callo.... No, lo que callo no....lo que callo es lo mío...es lo que nadie escucha...es
lo que se derrama...se desploma...es lo que atenta contra la palabra...contra
la voz...es lo realmente mío...desprovisto de nombre...desprovisto de vida...
No ve la luz del día...ni aprecia el mutado rugir del ocaso. Es lo que
cursa...ciego...sordo...mudo...sin sentir...sin vivir...en las ásperas
colindancias del laberíntico ser...gritando, luchando, llorando...es lo que queda
sin ser...pretexto de una memoria...silueta de un momento...espectro de un
sueño.
Porque ni sueño es.
No tiene la gracia de ser esperanza.
No tiene la dicha de ser motivo.
No tiene razón de ser. Porque no tiene salida del
laberinto... Es un laberinto sin punto...sin fin...sin momento con el cual
fijar su realidad, su razón. Es espectro del espectro...sin fundamento...sin
razón...
Ese soy yo...
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mutis 3
Nada.
Eso es lo que hago. Es lo que pienso. Es lo que
espero.
Es el pasar de otro día, sin contar, sin vivir.
Es el pasar de otro momento...el pasar de un lugar a
otro, deteniéndome sólo para contemplar en... Nada.
Y continuar por el curso preestablecido hacia el
próximo lugar...cualquier otro lugar...sólo por ocupar un lugar...un
espacio...al margen de todo...al margen de la vida que uno ve pasar...para
volver a parar, para distinguir la realidad de la realidad...y, en realidad, no
hay tal realidad...todo es un pasar como fantasmas sobre un lienzo, sin dejar
trazos...sin dejar topográficos rastros de su efímera existencia en la vida...
uno presencia al mundo pasar en su estático baile...en su frenético intento de
ser... Pero es borrosa propuesta, se pierde el registro de su imagen en el
pretexto de su propósito... Se trasforma siendo lo mismo, pero diferente. Se
pierde el rastro...el sentido...y, al final, uno se queda sin nada. Nada ganado...
Nada perdido... Como ilusos trazos sobre el papel...trazos que solamente
desplazan el llegar del ocaso...en esta ocasión, como en toda ocasión...creando
siluetas de una idea, ligeros destellos que desvanecen con la llegada del alba...
Pero esos figmentos no son las ideas. Nunca son lo
que realmente es. Nunca son lo que realmente quise decir. Porque no hay nada
que decir. No hay nada que pensar. No hay nada que soñar. En el momento lo que
tengo es nada...
...excepto que ir a orinar...
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mutis 4
Después de tantos años es difícil no ser otro. No ha
habido otro sino el otro. Estudiado, adaptado, cohabitado, pregonado,
condenado...no ha habido más que la supra imposición del semblante del otro.
Todo ha sido un proyecto para sustituir a uno con el otro. Y todo ha llevado a
la extirpación de uno por el otro. En esos momentos de silencio no queda
uno...lo que queda son las estridentes y túrgidas cortinas del otro encubriendo
el desolado vacío donde el uno antes habitaba.
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